sábado, 11 de febrero de 2012

Remendando errores

Cuando Ben/Tim Thomas (Will Smith) decide remendar los errores de su pasado al ayudar a personas que lo necesitan, es cuando Siete Almas (Seven Pounds, 2008) toma vida propia.

Desde el inicio la introducción a un mundo de un personaje de convicciones fuertes y determinación en cumplir lo que se ha propuesto abre la puerta al mundo de la culpa, el remordimiento, la presión, el estrés y la tristeza, que son los principales acompañantes de la película.

El espectador está frente a una película que, si bien posee un personaje tratando de compensar lo que en un pasado hizo al ayudar a quienes lo necesitan, es de sentimientos crudos. La dura realidad de los personajes involucrados, la impotencia de los amigos de Thomas al no poder convencerlo de que no haga lo que tiene pensando hacer, induce que el mismo espectador se sienta impotente.

Tenemos aquí otro actor (Will Smith) que, como Clive Owen, no es muy de él participar en películas de índole dramática. Ya se le ha visto en En Busca de la Felicidad (The Persuit of Happiness, 2006) y Alí (2001) lo que demuestra ser un actor completo y no limitó su carrera a un único rol. El resultado de esto es una interpretación espléndida en Siete Almas.

Emily (Rosario Dawson) es una de las personas a las que Thomas tratará de ayudar, y con la que más vínculo entrelazará de entre todas las personas a las que quiere auxilar. Esto le dificulta su tarea, puesto que no tenía previsto involucrar sentimientos. Esto no resalta la humanidad de Thomas, pero deja entrever que aún en los momentos más difíciles, literalmente hablando, nunca se debe dejar de lado el amor.

Rosario Dawson es un poco débil en su trabajo, pero es un buen desenvolvimiento de historia. Con un suspenso que asusta y una delicadeza para sentirse al borde del abismo. La impotencia crece con cada segundo, y eso hace una buena película: te pone a sentir.

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