lunes, 4 de junio de 2012

Cuando el color verde ataca el crimen

La mecánica de los superhéroes consiste en que la gente sepa que son buenos para que se les permita atacar a los criminales. Bueno, eso se creía hasta que El Avispón Verde (The Green Hornet) hizo su estelar aparición en la gran pantalla en el 2011 de la mano del director Michael Gondry, encarnado por Seth Rogen y acompañado por Jay Chou como su compañero de equipo.

El padre de Britt Reid (Rogen) acaba de fallecer, y como heredero de la fortuna de su padre, Reid se alía al antiguo mecánico y hacedor de café, Kato (Chou), para hacerse pasar por criminales que en realidad combaten contra el hampa.

El Avispón Verde, como Reid se hace llamar, acapara la atención del mundo mediático así como hace enfadar a quien hasta el momento controlaba los actos delictivos en la ciudad, Chudnofsky (Christoph Waltz); lo cual desencadenará una serie de enfrentamientos en busca de la solidificación del hampón por excelencia. Lo que Chudnofsky no sabe es que El Avispón en realidad va contra él, no por querer ser delincuente, sino porque combate el crimen.

Esta es la película de comedia que resulta ser inteligente, buena dentro de su propio género y original en su guión, saliéndose así de ser una simple comedia que busca entretener por entretener. El Avispón Verde busca entretener pero con una perspectiva más amplia de sus propios recursos. Consigue que dos personajes, en cierta medida opuestos, creen una hermandad a partir de la idea de ser, al final, los chicos buenos.

Hay un equilibrio entre la inutilidad física y conocimiento básico de lucha del Avispón, quien se supone que es el criminal héroe que manda el equipo, y la maestría que domina su compañero, quien se supone que no es más que su apoyo; este equilibrio en última instancia desemboca en una inversión de roles de forma que el fuerte del grupo es el compañero del héroe, lo que hace que la película sea aún más atractiva.

Su elemento más fascinante es que nuestros héroes no son más que personas regulares, quienes no buscan otra cosa que hacer el bien, casi podría decirse que todos somos El Avispón Verde.

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