sábado, 7 de julio de 2012

Sombras que se desvanecen

Es triste cuando se va al cine con muchas ganas de ver una buena película de la que se tiene muchas expectativas y salir decepcionada de la sala, pensando que pudo haber sido algo genial y no lo fue. 

Sombras Tenebrosas (Dark Shadows, 2012) es la octava colaboración entre el actor Johnny Depp y el director Tim Burton con la participación de Eva Green, Michelle Pfeiffer y Helena Bonham Carter. Esta vez con la historia de Barnabas Collins (Depp), un millonario empresario del siglo XVIII que es convertido en vampiro por Angelique (Green) por no corresponderle su amor y estar enamorado de Josette (Bella Heathcote).

Barnabas es enterrado y se libera de su cárcel sólo para hallarse inmerso en un mundo diferente al que conoció en vida humana, enterarse que Angelique todavía le quiere hacer la vida imposible, y que su amor Josette está reencarnado en la nueva institutriz de la familia Collins, Victoria (también interpretada por Heathcote).

Me hallaba atraída al estilo diferente que la película presentaba, el maquillaje, los efectos especiales, pero sobre todo por la colaboración entre Depp y Burton. Mucho he leído sobre una relación ya quemada y una fórmula gastada entre actor y director. Bueno, realmente concuerdo. No sólo Burton se casó con una fórmula que le hizo efecto en el pasado, sino que no la cambió en un filme que lo requería para ser la promesa exitosa que demandaba.

Si bien el filme ha sido visto, criticado y gustado, no es aquella cinta de Edward Manos de Tijeras (Edward Scissorhands) que Burton nos presentó con tanta ambición en el 90, o ese espléndido musical Sweeney Todd, el barbero demoníaco de la calle Fleet (Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street) del 2007, donde más que saber cantar, Depp demostró toda una nueva faceta como actor.

Sombras Tenebrosas no es más que una película que no tiene un telón de fondo como estructura descriptiva. El clímax de la cinta no llega en ningún momento, la historia en sí es como estar viendo una parodia de una película. Depp nos presenta, como siempre, una magnífica actuación, pero en un largometraje que aburre, nuble el sentido de la atracción y decae en su intento de ser espectacular.

Esperemos que un futuro esta colaboración entre Depp y Burton, que tan espléndidas obras de arte nos ha dado el placer de conocer, pueda una vez más resultar en una exquisita creación.

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