La tercera entrega, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (Harry Potter and The Prisoner of Azkaban) fue estrenada en el 2004. Fue la primera cinta de la saga en ser sometida a cambios importantes: la dirección llegaría a manos del mexicano Alfonso Cuarón, y Chris Columbus pasaría a ser productor junto con David Heyman. Además, el actor que encarnó a Albus Dumbledore en las dos pasadas cintas, Richard Harris, murió a poco de haberse estrenado Harry Potter y la Cámara Secreta en 2002, por lo que sería sustituido por el irlandés Sir Michael Gambon.
La película recibió dos nominaciones al Óscar en el 2005: Mejor Banda Sonora (compuesta por John Williams) y Mejores Efectos Especiales.
La trama nos cuenta la aparición del criminal Sirius Black (Gary Oldman), quien ha escapado de la Prisión de Azkaban para ir tras Harry. A Black, se le cree responsable de la muerte de los padres de Harry, por lo que este espera que lo encuentre para hacerles justicia.
Con la aparición de más personajes, como la profesora de Adivinación, Sybill Trelawney (Emma Thompson), y el nuevo profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras, Remus Lupin (David Thewlis), se revelarán nuevos misterios del verdadero culpable que le delató a Lord Voldemort el paradero de los Potter, y la relación de Sirius con Harry.
Esta tercera parte, además de tener diferencias en su equipo de producción, tuvo cambios en estilo e imagen. El vestuario fue reinventado, con un carácter mucho más juvenil. El tono de la película sería más oscuro y crecientemente maduro. La dirección de Cuarón aportó lo que conllevaría a ser (a modo personal) una de las mejores películas de la saga.
Se vió en pantalla una exigencia más preponderante por parte de Cuarón hacia el trío protagonista (Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint). Los tres jóvenes actores llevaron su límite actoral a mayores instancias, y se les visualízó en una interpretación mejor ejecutada, se podían percibir como actores profesionales.La visión de Cuarón además, le contribuyó al filme una escencia potteriana de crecimiento. Aquella película del niño mago que sobrevivió al ataque de Lord Voldemort, pasaría por el reto de aportar la condición de un individuo que pasa de niño a adolescente.
A continuación, los prólogos de la película:
Post por: Sofía Bonilla
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